Las islas viven con mucho entusiasmo,
durante el mes de junio, la festividad de San Juan. Todos los municipios se
vuelcan para hacer de la vispera una velada muy especial, siendo el fuego y el agua los elementos simbólicos centrales en estas fiestas. Empieza el verano y se queman las hogueras, los “atarecos” y “atrabancos” viejos.
Las hogueras, que iluminan cada rincón
del Archipiélago, son constantes, aunque hay municipios que viven más
intensamente y con gran fervor esta jornada. Las actividades festivas,
culturales y religiosas que se organizan son el principal atractivo turístico
para los que visitan Canarias en este mes, que disfrutan durante varios días de
nuestras tradiciones más arraigadas.
En las fiestas de San Juan se vive la
llegada de una nueva estación y el solsticio de verano, el día más largo del
año.
La víspera, el 23 de junio, es mágica.
Es la noche de las brujas o noche del medio verano. El alma se purifica y la
alegría invade el cuerpo de todos los canarios, deseosos de poder alejar los
malos espíritus. Las creencias afloran, e incluso, los más escépticos realizan
simples e inocentes rituales "por si acaso". Se mezclan el agua y el
fuego, lo sagrado y lo profano, las supersticiones y la suerte, los ritos de
fecundidad con los amorosos,... Las llamativas hogueras, que se preparan en las
calles con "atrabancos" viejos, se convierten en principales
protagonistas de las costumbres y ritos heredados de siglos pasados.
Las hogueras tienen la virtud de alejar los maleficios y de preservar determinadas enfermedades a los que saltan, en número impar, una vez a un lado y otra del otro lado.
En nuestro programa de radio hablamos con D. Javier Sierra, Concejal de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Icod de los Vinos y nos invitó a vivir un San Juan muy especial, al mismo tiempo que a ritmo de Tajaraste también nos fuimos con buena música a recorrer nuestro Archipiélago en la noche mágica del solsticio de verano
Orígenes, apostando por lo nuestro...
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